Texto 3

Cuando crecemos tratan de enseñarnos cosas como: se bueno, se amable… ¿Pero cómo podemos ser buenos o amables creciendo en ambientes desigualitarios y competitivos?

Imagina que tienes una fábrica y produces cosas que la gente necesitamos 10 veces más rápido que las demás fábricas. (Los mismos productos.) Ahora, supongamos que compartes tus métodos con las demás fábricas, eso les ayudaría claro, sin embargo, en este sistema significaría perder la ventaja competitiva y en suma las ganancias.

Pero si tienes patentes, puedes privar a las personas de todo el mundo de hacer más rápido cosas que podrían mejorar considerablemente sus vidas.

Imaginemos que las farmacéuticas descubriesen que el jugo de apio reduce considerablemente la presión sanguínea. ¿Porque deberían compartirlo con el mundo? De ser así, no podrían hacer pastillas para reducir la presión sanguínea y ganar 3 euros con cada una. No son las personas, las farmacéuticas, los bancos etcétera el problema como tendemos a creer si no el sistema y la propia naturaleza de los negocios lo que es endiabladamente enfermizo, contraproducente e incompatible con muestras necesidades y capacidades de producir en abundancia cualquier cosa que necesitemos.

El banco no puede perdonarle las deudas a mi madre o a nadie, no puede darle casas a las personas que las necesitan como tampoco pueden los supermercados regalar la comida que tiran porque dejarían de ganar el mismo dinero que todos necesitamos para sobrevivir y mantener nuestros negocios, familia, hobbys, proyectos etcétera. Para las personas sin una educación generalista tendemos a ver las cosas que conocemos como si fueran fijas pero todo puede ser y cambiar de millones de formas distintas. Los humanos podemos moldear la vida y el mundo como nos plazca, el potencial humano no tiene límites y por eso la educación es tan importante. Por ejemplo: en las carreteras convencionales podemos circular vehículos a un máximo de 120, sin embargo, existen vehículos que pueden llegar a 500Kh o trenes de levitación magnética que podrían llegar a los 6.500Kh y aumentando cada año, lo que significa que estas carreteras limitan el potencial tecnológico además de nuestra libertad, pues nos impide ganar un tiempo que podríamos invertir en nuestra educación, la de nuestros hijos etcétera. Imaginad poder hacer en minutos trayectos que a diario nos hacen perder dinero y tiempo. Y lo mismo ocurre con las ciudades, el sistema monetario, la forma de producir y distribuir energías etcétera. Todo puede cambiar rápidamente si fuéramos educados para adquirir los valores, motivaciones y herramientas que nos permitieran a todos solucionar problemas. Es la carencias de estos valores y conocimientos la razón de que lo critiquemos y juzguemos todo.